¿Por qué se enfatiza tanto la primogenitura en la Biblia?

¿Por qué se enfatiza tanto la primogenitura en la Biblia? Respuesta



La primogenitura se enfatiza en la Biblia porque honra los derechos o privilegios del hijo primogénito de la familia. Después de la muerte del padre, o en ausencia del padre, el hijo primogénito asumía la autoridad y las responsabilidades del padre. Sin embargo, la Biblia también muestra que el padre podía rescindir la primogenitura y pasársela a un hijo menor. Un buen ejemplo de esto es el caso de Jacob y sus doce hijos. Rubén era el mayor, pero la primogenitura se le dio a los hijos de José. Incluso entonces, Jacob bendijo al hijo menor, Efraín, por encima del mayor, Manasés (Génesis 37:19-22; Génesis 49:1-4; Génesis 49:22-26).



Además de asumir el papel de líder en la familia, el destinatario de la primogenitura heredaba el doble de lo recibido por los otros hijos. En los casos en que un esposo pudiera tener más de una esposa, la primogenitura siempre recaía en el hijo primogénito del padre y no podía otorgarse al hijo de una esposa favorita sin la debida justificación (Deuteronomio 21:15-17) o si el primogénito la madre del hijo era concubina o esclava (Génesis 21:9-13; Jueces 11:1-2).





El derecho de primogenitura del hijo primogénito de un rey incluía su sucesión al trono (2 Crónicas 21:1-3). El rey Roboam de Judá violó esta tradición al pasar la primogenitura a Abías, su hijo predilecto. Sin embargo, para evitar problemas con los hijos mayores, el rey les pagó (2 Crónicas 11:18-23).



Como cristianos del Nuevo Testamento, tenemos un estatus de primogenitura heredado a través de Jesucristo como el Hijo primogénito de Dios (Romanos 8:29; Colosenses 1:15; Apocalipsis 1:5). Como Hijo unigénito de Dios, Jesús recibió el reino de Su Padre y es Señor de todo (Hechos 2:36; Filipenses 2:9-11; Apocalipsis 19:16). Cristo promete compartir con nosotros Su reino y herencia (Romanos 4:13; Gálatas 3:29; Efesios 1:18; Hebreos 11:16).



Se advierte a los cristianos que no imiten a Esaú quien, por impulso, entregó su primogenitura por un plato de guiso (Hebreos 12:16-17; Génesis 25:19-34). Por su necedad, Esaú perdió su primogenitura y las bendiciones de su padre (Génesis 27). La lección para nosotros es respetar lo que es santo. Nunca debemos desechar lo que es importante, piadoso u honorable por placer temporal.



Nuestro enfoque es permanecer en Jesús, el heredero designado de todas las cosas (Hebreos 1:2; Salmo 2:7-8; Mateo 28:18). Y nosotros, por Su gracia y nuestra fe en Él, somos contados como coherederos (Romanos 8:17; Gálatas 3:29; Tito 3:7).



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